Si planeas ponerte en forma y pierdes el interés, no te preocupes. Nos pasa a todos. Todos los días es perfecto para retomar los propósitos de salud y bienestar. Ya ha terminado el bajón de tus malas decisiones, los días son (ligeramente) más luminosos y es el momento de volver a centrarse.

El truco para mantener un "nuevo tú" todo el año es recordar el cuento de la liebre y a la tortuga… .y quién ganó la carrera.

No hay trucos infalibles para recuperar la tendencia positiva. Lo importante es que no te castigues si recaes. La vida sana es para siempre y tienes tiempo. Tómatelo con calma y constancia, como la tortuga. Ganarás la carrera.

Te ofrecemos 9 consejos que te ayudarán a retomar tus propósitos:

Sé realista

Es difícil hacer grandes cambios en el estilo de vida; los pequeños son fáciles. Replantéate tus propósitos. Modifícalos si hace falta. Los pequeños cambios pueden tener un gran efecto.

Sigue un plan

Los propósitos son geniales, pero necesitarás un plan para seguir centrado en tus objetivos en tu ajetreada vida diaria.

Lleva un registro

Haz un seguimiento de tu progreso, lleva un diario de alimentación o de ejercicio, o simplemente anota en el calendario cada vez que hagas ejercicio. Te animará ver lo que has conseguido.

Consigue compañía

Busca un amigo o pariente con objetivos similares. Nada como un poco de apoyo moral e, incluso, un poco de competencia sana para mantenerte por el buen camino.

Celebra los éxitos

Premia todos tus logros por pequeños que sean. Ya sea una semana sin azúcar, una pequeña pérdida de peso o un gran entrenamiento.

Sí, el desayuno sigue siendo la comida más importante del día

Un desayuno nutritivo previene los ataques de hambre. Si te entra hambre, elige aperitivos saludables.

Sigue bebiendo

Si estás a dieta o haces ejercicio, es importante que te mantengas hidratado. No confundas tener sed con tener hambre, es fácil hacerlo.

Aprende de los contratiempos

Si has cometido un desliz, trata de averiguar por qué y piensa en cómo evitar que te vuelva a suceder.

Recuerda tus motivos

Cuando sientas que flaqueas, recuerda por qué empezaste. Escribe tus propósitos y consúltalos cuando decaiga tu motivación.