Esta tecnología se probó con éxito en 21 pacientes dentales voluntarios. No obstante, los investigadores sostienen que se puede aplicar a cualquier tipo de dolor. Los resultados del estudio han sido publicados en el Journal of Medical Internet Research.
Aún no se tienen muchas luces sobre su uso, pero lo más probable es que aún pasen algunos años antes de que se prueben en un entorno clínico. Esta tecnología es una plataforma portátil denominada CLARAI (Clinical augmented reality and artificial intelligence).
¿Cómo funciona? Según explicaron los especialistas, cuando un paciente dice sentir un dolor que no puede expresar o explicar de modo adecuado, esta plataforma accede a su cerebro por medio de un casco dotado de sensores.
Este ‘rio’ detecta los cambios en el flujo sanguíneo y la oxigenación. De este modo, accede a la actividad cerebral y determina cuál es su respuesta frente al dolor. Toda esta información la transmite a un ordenador, luego de interpretarla y deducir si hay o no dolor en el paciente.
Por otro lado, durante la investigación el equipo de científicos provocó dolor en los voluntarios, quienes experimentaron la sensación de frío a dientes y encías. Este trabajo demoró bastante tiempo. Según los expertos, los algoritmos emplean el potencial informático de la plataforma para descubrir el dolor.
Para observar el “dolor” del paciente, los investigadores usan unas gafas especiales de “realidad aumentada”. Los científicos cuentan con un mapa de las neuronas reconstruidas en el ordenador.
Los colores rojo y azul en la actividad cerebral muestran la ubicación y el nivel de la actividad cerebral. Según el equipo de médicos, para los seres humanos es complicado medir y analizar el dolor. De hecho, darle una calificación al dolor no ayuda a conocer realmente el dolor de forma confiable y objetiva.
Según Christopher Castrejón de ADICTOSALTECH, la realidad aumentada es una tecnología capaz de mostrar a un parte del mundo real por medio de un dispositivo tecnológico con data gráfica añadida por este dispositivo. Con este avance, se busca añadir información virtual a la información física ya existente.
Con esta realidad aumentada, cientos de personas podrán conocer en realidad el límite del dolor. La tecnología refleja la actividad neuronal a través de sensores craneales. La información virtual complementa toda la información que se maneja.
Las nuevas herramientas tecnológicas buscan acercar aún más al médico y al paciente con respecto de la información del dolor que maneja cada uno. Ambas partes tendrán una interpretación distinta, pero no olvidemos que solo el cuerpo médico tiene la experiencia necesaria para istrar medicamentos y aliviar el problema.
Sin duda, se trata de todo un descubrimiento científico. Al conocer el lugar y la intensidad del dolor, los médicos tendrán una noción más clara de qué necesita verdaderamente un paciente, así como seguir de cerca su evolución y prevenir la aparición de problemas.
Expertos prevén que la inteligencia artificial desplazará a los seres humanos. No obstante, la realidad aún está lejos de sustituir a un ser vivo. En todo caso, son las personas quienes pueden manipular e interpretar los datos fríos que muestran al usar esta novedosa tecnología. Se esperan más descubrimientos como este y los científicos ya trabajan en cómo obtener mejores resultados a partir del primer avance.